Samantha desvela su ‘pecado favorito’ en su último single 

La cantante valenciana, Samantha Gilabert, está de estreno. En su nuevo single confiesa uno de sus secretos: nada más y nada menos que su pecado favorito. Hace poco acabó su gira Todo de mí y ahora está de vuelta para cantarnos la locura del amor que no entiende de razón.

Mi pecado favorito es el título que Samantha ha escogido para su nueva canción. Se trata de una declaración de amor hacia su pareja, con una letra muy pegadiza y sentimental. Después de sacar un tema escrito en su lengua materna, Sóc la d’ahir, la artista sorprende a sus fans tras cuatro meses con un nuevo tema caracterizado por un estilo pop actual y personal.

Con la estética del videoclip súper bien cuidada, la cantante es la protagonista en los distintos escenarios en los que aparece: un patio de un edificio vestida al estilo de la serie ‘Bridgerton’, junto con el resto de las bailarinas que la acompañan, o un museo con las paredes llenas de cuadros. Al principio y al final destaca el antifaz que cubre sus ojos, una manera de ocultar su rostro o, en este caso, su pecado, el cual desvela en el estribillo de la canción. Sin ir más lejos, Samantha sugiere que su pecado favorito es la persona de la que está enamorada y, tiene clara una cosa, pasaría toda la vida con ella.

Samantha en el videoclip de Mi pecado favorito (Imagen de YouTube)

“Qué loco es el amor, que no tiene explicación, te anula los sentidos y te nubla la razón”, canta la joven. Cuando se quiere a alguien se está dispuesto a hacer todo lo que haga falta para seguir adelante con la relación, sin saber lo que el futuro puede deparar. Samantha habla de un amor que se ha construido sin saber por qué, pero las diferencias entre ella y su pareja les hacen ser iguales a la vez.

Sin duda muchas personas se sentirán identificadas con la letra y el mensaje, una declaración de amor en forma de canción. Mi pecado favorito, el nuevo single de Samantha, lo puedes escuchar ya en todas las plataformas digitales. Vamos, ¿seguro que te atreves a confesar tu pecado favorito?